domingo, 14 de septiembre de 2008

LAS ZAPATILLAS DE PUNTAS


Un poco de historia ...


En los primeros tiempos del ballet clásico no existían las zapatillas de punta, por lo que las bailarinas rellenaban las puntas de los zapatos con algodón. Hace solo 40 años los fabricantes endurecieron las zapatillas con cola, reforzándolas, lo que permitió mayor agilidad y elegancia en los movimientos.La novedades más importantes que impuso el desarrollo técnico del ballet fueron las zapatillas de punta, utilizadas exclusivamente por las mujeres. Su antecedente data del ballet Céfiro y Flora (1796), de Charles-Louis Didelot, donde los bailarines se paraban sobre las puntas de los pies al ser sostenidos por alambres. En 1813 el maestro Jean François Coulon hizo trabajar a su discípula Geneviève Gosselin las puntas, pero en las zapatillas flexibles que habían sustituido a los zapatos de tacón. Poco después, en 1820, hizo lo mismo con otra bailarina, Amelia Brugnoli. Sin embargo, las zapatillas de punta reforzada fueron introducidas al ballet por Marie Taglioni.Con este calzado la ballerina se volvió más inmaterial, etérea, inalcanzable. Con las puntas se restringieron todavía más los movimientos naturales, pero la mujer pudo lograr imposibles con sus pies. Se iniciaron las innovaciones técnicas y virtuosas femeninas, con estilo exótico, calidad etérea y balance precario. También el romanticismo permitió un trabajo más completo del pas de deux, en el cual todo (incluyendo el bailarín varón) se sometía al lucimiento de la ballerina. Algunos consejos ...
Cuando adquieras una zapatilla de ballet debes recordar que no puede ser muy ancha, ni apretada, debe ajustarse como un guante a los pies.
Además los pulgares deben quedar libres, no encogidos, para que puedas trabajar libre y sentirte sujeta y segura. Estas ultimas dos recomendaciones son validas para ambos tipos de zapatillas.
Debes saber además que existen puntas para bailarinas con mayor o menor empeine, para las primeros son mas duras, y más difíciles de "quebrar", como se dice en la jerga del ballet, mientras que para las segundas, la punta no viene tan reforzada.
Una vez que tienes tus zapatillas de ensayo y/o de punta debes acondicionarlas, pegarles el elástico y/o las cintas, según sea el caso, para darles firmeza y comodidad.
Goma: Para saber el lugar exacto donde instalarlo y coserlo, dobla la parte del talón de la zapatilla hacia delante. Luego fija la cinta y/o elástico donde termina el doblez.
Debes tomar la precaución de no darle puntadas al cordón o elástico con el que te abrochas la zapatilla cuando esta suelta, pues si lo haces, después no podrás ajustarla como quieras. A propósito de este cordón que viene incorporado a la zapatilla, y que rodea el borde superior de esta: cuando estés en clases debes esconder el nudo y las puntas de este bajo tu empeine, dentro de la zapatilla. Esto es valido tanto para las zapatillas de ensayo como para las de media punta.

NO, TÚ NO SIRVES PARA BAILARINA


“No, no tiene lo necesario para ser bailarina”



Una joven tomó clases de ballet durante su infancia y decidió que era el momento de convertir su pasatiempo en un una profesión; deseaba ser la mejor bailarina pero tenía que demostrar su talento.
Cuando llegó al teatro, en una gran ciudad donde se realizarían las evaluaciones de ballet, fue a los camerinos antes de iniciar la prueba y habló con el Director: “Quisiera llegar a ser una gran bailarina, pero no se si tengo el talento necesario” , le dijo... “Dame una demostración de lo que puedes hacer”, respondió el maestro.
Transcurridos cinco minutos la interrumpió, y moviendo la cabeza en señal de desaprobación le dijo: “No, no tiene lo necesario para ser bailarina”. La joven llegó a su casa con el corazón roto; arrojó las zapatillas en un armario y nunca las volvió a usar. Al paso de los años se casó, tuvo hijos y tomó un empleo en un supermercado. Años después asistió a una función de ballet y en la salida se encontró con el Director que alguna vez la examinó. Ella le recordó su charla y le mostró fotos de sus hijos y platicó un poco de su vida, para luego decirle: “Hay algo que nunca entendí; ¿Cómo supo tan rápido que no tenía dotes de bailarina?”... El Director respondió: “No lo supe; tan solo le dije lo mismo que le digo a todas”... “¡Pero eso es imperdonable!, le reclamó la mujer. Pude haber sido la mejor bailarina; usted arruinó mi vida”... El maestro respondió: “No lo creo; si hubieras tenido los dotes necesarios y una verdadera vocación para bailar no habrías prestado tanta importancia a lo que te dije; y te habrías esforzado mas aún para mejorar día a día”.



Nunca podremos vencer cuando desde un principio nos sentimos derrotados, en la vida no solo el valiente o el veloz o el fuerte triunfan, tarde o temprano solo quien cree en sí mismo y nunca se da por vencido es quien vence ante todas las adversidades.

PRIMEROS PASOS DE BALLET


Recomendaciones útiles para tus primeras clases de ballet.

l
Para el primer día:


Los primeros días recomendamos tomar la clase con calma, hacer los ejercicios a un ritmo moderado y no intentar sostener las posturas mucho tiempo. Ves descansando cuando quieras y sientas que tu cuerpo te lo pide. Se cuidadoso con las cervicales y las lumbares. Lentamente iras ganando tonicidad muscular y flexibilidad. Con el tiempo la clase mas dura será un placer. La respiración es muy importante a la hora de comenzar una actividad física. La respiración que hacemos en la vida diaria es más bien corta y superficial, y no solemos conectar el aire con el ombligo ni con la parte baja del abdomen.
De todas formas, los primeros días no hace falta que hagas respiraciones muy controladas sino que es bueno que te dediques y concentres solo a entrar en contacto con tu respiración tranquilamente. Con la práctica tendrás mas conciencia y las respiraciones te resultaran de una gran ayuda a la hora de practicar ballet.
Aunque el profesor controla que realices los ejercicios correctamente, tu eres quien mejor sabe el limite entre el esfuerzo adicional y la pereza, el límite entre la resistencia y el dolor. Escucha a tu cuerpo. Si tienen alguna lesión o problema físico, avisa al profesor.

Te será de muchas ayuda leer el "Manual para jóvenes bailarines" . Veras de esta manera, como coser las cintas a las zapatillas, la ropa que has de llevar a la clase, el peinado, y otros temas de sumo interés.

Desde los primeros años es importante:

Lograr una buena base para no arrastrar defectos que luego son difíciles de erradicar.
Una buena coordinación de movimientos y una correcta colocación cuerpo, cabeza, brazos y piernas.
Lograr la limpieza de los pasos.
Desarrollar resistencia y buen gusto.
Lograr expresión en los movimientos por parte de los estudiantes.
El maestro deberá lograr una lógica en el entrenamiento de alumno persiguiendo un objetivo y un fin en cada clase.

Los objetivos generales del subsector son:

Lograr el completo domino de la técnica clásica desde lo más simple hasta las formas más complejas en el trabajo de la punta y la media punta.
Dominar el espacio escénico y los ángulos del salón cuando realizan las variaciones.
Desarrollar la Capacidad interpretativa y la creatividad en los estudiantes.
Lograr que el alumno desarrolle un amplio nivel artístico y técnico que le permita ejecutar movimientos cada vez más coordinados dependiendo de la música que se utilice, logrando así coordinar su ejecución.
Que el conocimiento del ballet despierte en el estudiante su interés hacia valores estéticos y culturales que le ayuden a desarrollar y practicar el buen gusto y refinamiento necesarios para ser artista.
Desarrollar el amor a la profesión, al trabajo y sobre todo tener la disciplina necesaria que demanden la continuidad de las clases.

Entre los objetivos más específicos vemos:

Ejercitar los movimientos y variaciones en el nivel elemental para que el alumno esté bien preparado para resolver las dificultades técnicas de nivel medio.
Dominar y controlar el equilibrio para tener luego un mejor centro en los giros en punta y media punta.
Utilización del trabajo con piernas en adagios en la barra y el centro a pie plano y relevé.
Ampliar el trabajo de los saltos desde los más pequeños, las baterías y los grandes saltos manteniendo la correcta posición del cuerpo y las piernas.
Fortalecer el trabajo de los pies y las piernas al pararse primero en media punta y cuando el profesor te lo indique en puntas.
Fortalecer los tobillos ejecutando relevés de forma continua, primero en la barra y después en el centro de la sala.
Trabajar cada vez más la rapidez de las piernas en los saltos primero simples y después con baterías.
Ampliar la capacidad artística ejecutando movimientos más coordinados dependiendo de la música que se utilice.
Trabajar el control al subir y bajar de la media punta y las puntas.
Trabajar giros primero en la barra y más tarde en el centro.

TÉCNICA ALEXANDER: Una herramienta para usar mejor nuestro cuerpo

Técnica AlexanderUna herramienta parausar mejor nuestro cuerpo
Cada ser humano maneja la energía y las tensionesde manera diferente, esta técnica ayudaa conocer el mapa sicofísico de cada uno. (Nancy Vásquez Kaufmann)

* Frederic Matthias Alexander (1869-1955) fue un actor australiano. Al comienzo de su carrera tuvo una serie de problemas de orden respiratorio y frecuentes afonías. Médicos y profesores le recomendaban que se tomara períodos de descanso para su voz, con tal de recuperarla. Comprobó que aquello le proporcionaba una restauración momentánea, ya que volvía a perder la voz tan pronto como reiniciaba sus declamaciones. Fruto de esta observación repetida concluyó que el problema provenía de algo que él mismo hacía al hablar y se propuso investigarlo.

Lentamente, durante el proceso de esta investigación descubrió que el problema era mucho más amplio de lo que esperaba. En la base debía situarse todo él, cuerpo y mente. Su condición sicofísica era la responsable de la calidad de todo aquello que hacía. Posteriormente descubrió que el objeto de su estudio no era únicamente una particularidad suya, sino que era común entre la mayoría de la gente. Entonces, consiguió cambiar aquellos hábitos que le entorpecían y más tarde encontró la manera de enseñar a otros a hacer lo mismo. De este modo desarrolló a lo largo de su vida la técnica que lleva su nombre y que aún se transmite en escuelas en diferentes partes del mundo, como Inglaterra, Alemania, Israel, Estados Unidos. Cuando los mecanismos subconscientes naturales del equilibrio y la postura se alteran por uso incorrecto o por una lesión, el funcionamiento físico y mental puede verse afectado de modo negativo. Sin embargo, una actividad muscular adecuada para la postura no es algo que pueda volverse a ganar con un sencillo ejercicio. Implica respuestas reflejas “automáticas” que, cuando se trabajan bien, sostienen el cuerpo casi sin esfuerzo alguno (La Sociedad de profesores de la Técnica Alexander, STAT; PG 29). En 1996, la Técnica Alexander fue incluida como tratamiento para el dolor en la Seguridad Social Británica (NHS), y hay numerosas compañías de seguros del Reino Unido que recomiendan lecciones a sus clientes (WPA, Allied Dunbar, Prime Health, Norwich Union, etc.). Actualmente es una asignatura más en la formación profesional de músicos, bailarines, actores y cantantes, en lugares como Julliard School, New York University, Metropolitan Opera, The Actor´s Studio, London Academy of Music and Dramatic Art, Royal Academy of Dramatic Art. Ayuda a superar: • Lordosis• Escoliosis • Asma • Tensión corporal • Dolores musculares crónicos de cuello, cintura, rodillas, tobillos, pies, cabeza • Hombros redondeados • Estrés • Afonía • Depresión • Ansiedad ¿CÓMO ME USO? Una clase de Técnica Alexander dura como mínimo 30 minutos. Desde que la persona entra a la sala, el profesor observa cómo se mueve, cómo se sienta, gesticula, y respira. Se le pregunta sobre su historia, su oficio, o si ha tenido problemas corporales; en definitiva, ve cómo se usa esa persona a sí misma. Luego le pide que se pare y se siente varias veces, para después analizar técnicamente cómo utiliza las articulaciones. A continuación se le muestra a la persona lo que está haciendo: Si está apretando, doblando la espalda, contrayendo vértebras, y así ocurre la toma de conciencia de lo que le ocurre. En sesiones posteriores, el profesor concentra su atención en las posturas del alumno. “Al principio tienes que dejarte llevar por el profesor, porque no tienes idea. La primera clase vienes a ‘dejar de hacer’, que es un concepto muy raro hoy para los seres humanos, que por lo general ante eso se paralizan, como que no pueden dejar de moverse, no paran nunca. Incluso cuando ves tele haces algo”, (Reportaje en De mujer a mujer, Feb. 2003) Genoveva Tapia tiene 19 años y estudia pedagogía en danza. Todo iba bien hasta que sufrió una tendinitis en sus pantorrillas por excesiva tensión, a raiz del entrenamiento, que la obligó a peregrinar por muchos médicos kinesiólogos y también de medicina alternativa, sin resultados, hasta que llegó donde Nancy Vásquez, profesora de la Técnica Alexander, quien, en algunos meses, alivió su dolencia. “Me di cuenta de que había mucho de mi lesión que generaba yo misma. Cuando identifiqué dónde ponía la tensión y de qué manera, fue más fácil manejarlo. Para mí fue fundamental. Es replantearse la idea de cuerpo”. (Reportaje en De mujer a mujer, Feb. 2003) Sara Pizarro es otra alumna de esta técnica. La probó porque tenía mala postura corporal, lo que le provocaba dolor. Le siguió su hijo, por una lesión en la rodilla causada al caer de un monopatín. Ambos mejoraron con la Técnica Alexander. “Es algo que siempre se va trabajando y también es un trabajo personal y espiritual. Me ayudó más allá del buen uso de mi cuerpo. Es fluir con la vida sin resistencias. Cuando lo experimentas dejas de tener el control de todo, dejas que sea. Puede llegar a conectar el nivel existencial profundo. El cuerpo despierta a su mecánica natural”